Ignacio Zaragoza: la trágica muerte del General que llevó a la gloria al Ejército mexicano ante los franceses
4 minutos de lecturaSin duda alguna, este viernes se conmemora una de las fechas más importantes que ha tenido México a lo largo de su historia. Y es que el cinco de mayo de hace 161 años, el Ejército mexicano ganó una de las batallas más importantes que tuvo durante el siglo XIX, y durante su historia en general. Esa fecha se venció al Ejército de Francia, que en ese momento era considerado el más poderoso del mundo.
La Batalla de Puebla, llevada a cabo en 1862, tuvo varias figuras destacadas. Una de las que más resaltaron, fue la de el General Ignacio Zaragoza, quien estuvo al frente de los mexicanos que enfrentaron a los franceses.
¿Quién era Ignacio Zaragoza?
Ignacio Zaragoza Seguín nació el 24 de marzo de 1829 en Bahía del Espíritu Santo, entonces territorio mexicano del estado de Coahuila y Texas, actualmente Goliad, Texas, Estados Unidos. Su padre fue el soldado veracruzano Miguel Zaragoza Valdez y la texana María de Jesús Seguín Martínez.
Zaragoza fue un destacado y ameritado militar mexicano, ministro de Guerra del presidente Benito Juárez, en 1861.
Tenía ideas progresistas, luchó contra la dictadura de Santa Anna y apoyó a Benito Juárez durante la Guerra de Reforma, que se llevó a cabo de1858 a 1860, contribuyendo decisivamente a la victoria final de los liberales. Su vida la dedicó a la defensa de la población y la construcción de una patria independiente, privilegiando siempre la defensa de las personas, su dignidad y sus derechos a la libertad, independencia y a pertenecer a un país soberano, lo que más tarde le mereció la mención especial que ocupa en la historia como héroe nacional en defensa de la soberanía.
Al triunfo de los liberales, luego de la Guerra de Reforma, fue nombrado Ministro de Guerra y Marina en 1861, cuando renunció a esta posición para enfrentar una de las tareas más importantes y difíciles de su vida, participar en la defensa de la soberanía nacional al mando del Ejército de Oriente durante la Segunda Intervención Francesa.
Al concluir la Guerra de Reforma, el país estaba devastado social y económicamente, el territorio dividido, la iglesia y la élite de los conservadores, al ver perdidas sus privilegios, buscaban en el exterior alianzas y negaban recursos al gobierno, que se encontraba en bancarrota, y así el Congreso decretó la suspensión de pagos de la deuda externa.
La respuesta de los acreedores internacionales no se hizo esperar, e Inglaterra, Francia y España, firmaron el tratado de la Convención de Londres, en el cual acordaron enviar tropas militares al territorio mexicano. El acuerdo se frustro debido a que España e Inglaterra desistieron, al llegar a un acuerdo con el gobierno mexicano a través de los Tratados de Soledad. Solo Francia, a pesar de haber firmado dichos acuerdos, y con la mira en extender sus dominios en América, trató de instaurar una monarquía en territorio mexicano, en contubernio con los Conservadores.
Su triunfo ante los franceses
Fue así que mandó fuerzas invasoras a las costas mexicanas, dándose el primer enfrentamiento entre ambas naciones en las cumbres del municipio veracruzano de Acultzingo el 28 de abril de 1862. El general Zaragoza, al mando del Ejército de Oriente, sería designado por Juárez para detener el avance sobre Puebla del Ejército francés de élite, que era considerado, en ese momento, el más poderoso del mundo, bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez.
Zaragoza se atrincheró en los fuertes de Loreto y Guadalupe, con un ejército mal armado, pero con la determinación de detener al invasor y defender la soberanía nacional con sus vidas, además de contar con la participación fundamental de las distintas comunidades indígenas, de la región, quienes con machetes y armas improvisadas enfrentaron a los europeos. Esta lucha conjunta, decidida y valiente, llevó al triunfo al Ejército liberal mexicano, el 5 de mayo de 1862, salvando a la ciudad de Puebla de caer en manos enemigas.
Zaragoza murió contagiado de Tifus, meses después de haber triunfado ante los franceses. (Twitter/@Cuauhtemoc_1521)
Trágica e inesperada muerte
Ese año, 1862, fue de gloria y dolor, pues el poco antes de ese gran triunfo, el 13 de enero, su esposa Rafaela Padilla había muerto de pulmonía. Unos meses después de haber tenido el gran triunfo ante los franceses, en septiembre de 1862, en plenitud de su carrera militar, Zaragoza enfermó de Tifus, enfermedad que en el momento se había convertido en una epidemia, y murió.
En el Palmar, cuando se dirigía a Acatzingo, el general fue atacado por un fuerte dolor de cabeza y alta temperatura, sin embargo, no le dio mucha importancia, pues le atribuyó esos malestares a la lluvia que durante un viaje lo empapó varias veces.
Fuente: