¿Hay relación entre la actividad cerebral y la obesidad?
2 minutos de lectura¿Podría la obesidad inhibir las regiones del cerebro encargadas de planificar y controlar los impulsos? ¿Es la obesidad causada por esa actividad cerebral? ¿O los culpables son los hábitos alimenticios, el estilo de vida, las circunstancias familiares y la composición genética?
El estudio más extenso hasta ahora del vínculo entre el desarrollo cerebral y la salud infantil ofrece nuevos ángulos sobre esa disyuntiva.
Estudios anteriores sobre el tema, practicados tanto en niños como en adultos, han ofrecido respuestas contradictorias. La nueva investigación no resuelve la incógnita totalmente y expertos ajenos al proyecto advierten que una mala interpretación podría perpetuar estereotipos nocivos.
Sin embargo, un editorial que acompañó el estudio, publicado el lunes en la revista JAMA Pediatrics, lo calificó de un aporte importante a las investigaciones sobre el vínculo entre el peso, la estructura cerebral y las funciones mentales.
Si subsiguientes experimentos confirman las hipótesis, podría hallarse maneras de prevenir la obesidad y mejorar las funciones del cerebro.
«No sabemos cuál es la naturaleza de esa relación, pero no es que la gente obesa sea menos inteligente que la gente saludable«, explicó la doctora Eliana Perrin, profesora de pediatría en la Universidad de Duke y una de las autoras del editorial.
El estudio, que se financió con fondos federales, involucró a niños entre 9 y 10 años de edad en Estados Unidos. Se les midió estatura y peso, se les practicaron tomografías del cerebro y se les aplicaron pruebas de destrezas mentales como memoria, lenguaje, razonamiento y control de impulsos. Casi 1,000 de los pequeños, casi uno de cada tres, eran obesos o tenían peso excesivo, en porcentajes análogos a los nacionales.
Los científicos hallaron diferencias en las tomografías cerebrales de los chicos más pesados, un volumen ligeramente menor en la región cerebral a cargo de funciones como la habilidad de planear, de controlar los impulsos y de realizar múltiples tareas simultáneamente.
Las diferencias con los niños de peso normal fueran sutiles, expresó el autor del estudio, Scott Mackey, un neurocientífico en la Universidad de Vermont.
Los niños con más peso también tuvieron resultados levemente peores en las pruebas de aptitud computarizadas, pero tanto Mackey como la autora principal del artículo, Jennifer Laurent, experta en obesidad en la Universidad de Vermont, advirtieron que no queda claro si las diferencias son suficientes para afectar el rendimiento académico o la conducta de los jóvenes.
FUENTE: VANGUARDIA