Gracias a la prueba PanSeer se puede detectar el cáncer cuatro años antes de ser diagnosticado
3 minutos de lecturaCuanto antes se detecte un tumor, más posibilidades hay de tratarlo y curarlo. Ahora, un equipo internacional de investigadores logró desarrollar una prueba capaz de detectar los primeros signos de la enfermedad, considerablemente más temprano que los métodos de detección convencionales.
El equipo científico, en el que participa la Universidad de California San Diego (UCSD), desarrolló un análisis de sangre que puede detectar si una persona tiene uno de los cinco tipos comunes de cáncer: de estómago, esófago, colorrectal, pulmón e hígado, cuatro años antes de que la afección pueda ser diagnosticada con los métodos actuales.
La prueba, denominada PanSeer y en fase de investigación, consiste en el análisis de una muestra de 5 mililitros (ml) de sangre que detecta los biomarcadores (sustancias que indican un estado biológico) del cáncer, basándose en un proceso llamado ‘análisis de los haplotipos de metilación del ADN’, que es la molécula del interior de las células que contiene la información genética.
Es prueba detectó cáncer en el 91 % de las muestras de individuos que habían sido asintomáticos cuando se les extrajo sangre y a los que solo se diagnosticó la enfermedad entre uno a cuatro años más tarde, según la UCSD.
Además, la prueba detectó con precisión el cáncer en el 88 % de las muestras de 113 pacientes que ya habían sido diagnosticados cuando se recolectaron las muestras, añade.
Este estudio es único, en el sentido de que el equipo tuvo acceso a muestras de sangre de pacientes asintomáticos y que aún no habían sido diagnosticados, permitiéndoles desarrollar una prueba que puede encontrar marcadores de cáncer mucho antes que los métodos de diagnóstico convencionales, según la UCSD.
MUESTRAS DEL GRAN ESTUDIO ‘TAIZHOU’
Los investigadores analizaron con el test PanSeer, las muestras 605 personas asintomáticas, a 191 de los cuales se les diagnosticó cáncer de estómago, esófago, colorrectal, pulmón o hígado en un espacio de los cuatro años posteriores a la extracción de sangre.
También analizaron muestras de plasma de otros 223 pacientes con cáncer, así como 200 muestras primarias de tejido tumoral y normal, según el estudio publicado en la revista científica Nature.
Las muestras fueron recolectadas como parte del Estudio Longitudinal de Taizhou, una investigación que lleva desarrollándose 10 años, iniciada por la Universidad Fudan, en China, y que ha recogido muestras de plasma de más de 120,000 personas entre 2007 y 2017.
«El objetivo final es realizar análisis de sangre como éste de forma rutinaria durante los chequeos de salud anuales«, señala Kun Zhang, uno de los autores del estudio, profesor y presidente del Departamento de Bioingeniería de la UCSD.
«Pero el enfoque inmediato es evaluar a las personas con mayor riesgo, en función de los antecedentes familiares, la edad u otros factores de riesgo conocidos«, explica.
La detección temprana es importante porque la supervivencia de los pacientes con cáncer aumenta significativamente cuando la dolencia se detecta en etapas tempranas, ya que el tumor puede extirparse quirúrgicamente o tratarse con los medicamentos apropiados, pero solo existen algunas pruebas de detección precoz y únicamente para algunos tipos de cáncer, según la UCSD.
“Pero somos conscientes de que menos personas podrían estar dispuestas a permitir que les extrajeran una cantidad tan grande de sangre”, señala Zhang.
“Por otra parte, esta investigación no es una carrera sobre cuán temprano puede hacerse la detección”, matiza el investigador.
Explica que hay una ventana correcta para intervenir y es cuando el tumor está localizado y visible mediante imágenes y es factible su escisión quirúrgica, “pero si el tumor es demasiado pequeño y su detección demasiado temprana, no hay en ese momento acciones de seguimiento y el paciente tiene que lidiar con el estrés mental sin obtener ningún beneficio real”, concluye.
+ La prueba PanSeer, en etapa de investigación, puede detectar los primeros signos de los cánceres de estómago, esófago, colorrectal, pulmón e hígado, en pacientes asintomáticos con entre uno y cuatro años de antelación.
FUENTE: VANGUARDIA