¡Feliz Semana Santa 2024, queridos amigos Facebookianos!
5 minutos de lecturaSe dio una oportunidad de viajar a la bellísima ciudad de Orizaba en el centro del Estado de Veracruz y aproveché para continuar la investigación histórica de las fortificaciones del camino real de Veracruz a México por la ruta de las villas de Córdoba y Orizaba. Visité el enorme edificio del antiguo convento franciscano de San José de Gracias, construido entre 1803 y 1828, para apreciar y medir las troneras defensivas que el ejército francés hizo al ocupar el convento como cuartel en 1862.
Todo esto siguiendo el consejo de mi buen amigo el arqueólogo Fernando Miranda Flores, director del Museo Regional de Palmillas, respecto a que la comparativa arquitectónica me ayudaría para identificar quienes construyeron el fortín que se localiza en la orilla de la barranca de Metlac por el lado del municipio de Ixtaczoquitlán. Hay una posibilidad que ese fortín, que los lugareños llaman «el cuartel de la revolución» haya sido construido por los franceses y se trate del mismo reducto que se menciona en la obra LES BIVOUACS DE VERA-CRUZ Á MÉXICO publicada en 1865, siendo reutilizado posteriormente por el ejército mexicano para custodiar el paso del Ferrocarril Mexicano por la barranca. Lo menciono en un capítulo de mi libro EL FORTÍN DE LA BARRANCA DE VILLEGAS (HISTORIA, LOCALIZACIÓN Y ARQUITECTURA), donde especifico y presento los argumentos para sostener que este no es el fortín que da nombre al municipio y ciudad de Fortín. Apoyado por mi querida amiga la historiadora Maricarmen Pérez Mendoza y su novio Edgar Gerardo López Susunaga, localicé el sitio y realicé las mediciones correspondientes. Después dedicamos varias horas a conocer el convento, su historia, su arquitectura y sus innumerables vivencias y secretos.
Otra razón para visitar Orizaba y los edificios franciscanos, es porque estoy avanzando con la reconstrucción de la ruta de 35 días que siguieron los 12 apóstoles franciscanos encabezados por Fray Martín de Valencia, entre su desembarco en el puerto de San Juan de Ulúa el 13 de mayo de 1524 y su arribo a la Ciudad de México el 17 de junio, después de recorrer una distancia de 400 kilómetros. En 4 meses y 21 días realizaron 8.962 kilómetros de travesía desde su partida en el puerto de San Lucas de Barrameda el 25 de enero del mismo año. Este 2024 se cumplirán 500 años de este evento que marcó el inicio en firme de la evangelización en esta parte de América y en innumerables ciudades, villas y pueblos se aprestan a celebrarlos en distintos formas culturales, religiosas y turísticas.
Después de consultar diversos documentos del siglo XVI, las Cartas de Relación del capitán-general Cortés, la obra de Bernal Díaz del Castillo, la correspondencia de diversos personales al rey Carlos I, entre muchos otros, los puntos principales que encontré fueron San Juan de Ulúa, Medellín, Orizaba, Tlaxcala y Ciudad de México. Es decir, no utilizaron la ruta del camino real por Veracruz La Antigua (que en 1524 se localizaba todavía frente a Quiahuiztlan y se llamaba Villa Rica de la Vera Cruz como confirma Cortés), ni existía la Ermita del Rosario (edificada después de 1540 con su advocación al Apóstol Santiago), ni pasaron por Rinconada, Xalapa, Las Vigas Perote, etcétera. Tampoco por Coatepec ni por Xicochimalco (de haber seguido la ruta de la expedición cortesiana del 16 de agosto al 8 de noviembre de 1519).
Esta ruta conocida como el «Camino de las Ventas» sería utilizada posterior a 1525, que es el año en que la Villa Rica es abandonada y refundada a orillas del río Huitzilapan con el nombre de Veracruz y con el tiempo se volvería la más frecuente para ir de Veracruz a México, como se lee en los diarios de innumerables viajeros religiosos, civiles y militares. Entre los muchos detalles interesantes de esta investigación, encontramos la confirmación de que Cortés no tuvo casa en la Villa Rica ni en la Veracruz, pero sí una en Medellín (no el actual sino uno establecido en un estero a 2 leguas de San Juan de Ulúa y que desapareció en la década de 1520), todo esto escrito de la mano del propio Cortés en la Cuarta y Quinta de Relación. La razón de utilizar esta ruta y no los caminos de Villa Rica o de Xalapa, se remonta a 1520 y se justifica plenamente cuando se relacionan con otros sucesos ocurridos en este camino -una antigua ruta prehispánica que interconectaba el altiplano con la costa- en los años de 1523 y 1524.
No obstante que la ruta original seguida por los 12 apóstoles franciscanos en 1524 no sea la que conmemoran tradicionalmente los franciscanos en La Antigua Veracruz, esto no debe desanimar para participar y reconocer la inmensa labor de evangelización que la Orden de San Francisco realizó durante siglos; ya que sus decenas de conventos y templos se localizan por todo México; siendo San Francisco de Asís uno de los santos patronos que junto con San Miguel Arcángel y San José, tienen más poblaciones, haciendas, ranchos y edificios bajo su advocación.
Los resultados completos de la investigación los daré a conocer el próximo lunes 13 de mayo en el Coloquio de Historia 500 AÑOS DE LA LLEGADA DE LOS 12 APÓSTOLES FRANCISCANOS A SAN SAN JUAN DE ULÚA que se realizará en la Librería Mar Adentro y organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Donde junto con dos grandes amigos míos, el Lic. Procopio López Domínguez y el Ing. Luis Manuel Villanueva Garza, expondremos sobre el evento de arribo a San Juan de Ulúa, los edificios franciscanos existentes en la ciudad de Veracruz y la ruta que siguieron desde San Juan de Ulúa hasta la Ciudad de México. Desde ahorita están cordialmente invitados a acompañarnos y conmemorar estos 500 años de historia religiosa.
Cuídense mucho y disfruten de sus días de reflexión que marca la tradición y los de descanso dentro de sus vacaciones de primavera.
¡Benditos sean todos!