Bravo por Alemania y Austria

Conocen el significado de vergüenza. Añadido con la restitución. Después de la caída del muro de Berlín, la Alemania unificada, extendió el ejemplo de tolerancia para los países vecinos.
Al ser generadores, los más grandes, del supremacismo blanco y de las dos guerras mundiales, a la nueva generación nacida dentro de sus fronteras territoriales, llevan en sus cursos iniciales a nivel primario, la iniciativa por reconocer todas las culturas contemporáneas.
Quedaron vacunados desde la raíz, de los verduleros de la política, de las facetas de la extrema derecha conservadora y de los antisociales, muchos de ellos, con el menor grado de dinámica social.
Vemos en los estadios, incluyendo el Saint Pauli, el único equipo de futbol profesional en el mundo, con el emblema de una calavera estilo pirata. Sus integrantes del colectivo son reconocidos antifascistas.
Una de las comunidades más celosas, en situación de organización, orgullo alemán, son los eventos musicales. Los festivales, replicados en ambos lados del océano Atlántico, segmentados por géneros, desde los intensos como el metal o los raves.
Las experiencias dentro y fuera de los conciertos, la curaduría en la selección de las bandas invitadas, contratadas para ser los headliners o de teloneros, pueden comunicar sus ideales, como el paganismo, las culturas de Europa del este, en idiomas intraducibles e incluso la adoración a las fuerzas del mal.
Solo no pasan por alto una: la del supremacista racial. Le aplaudimos a Alemania y Austria, la expulsión de todos los festivales en sus fronteras, de la banda norteamericana PANTERA.
Y no es contra el grupo. Phil Anselmo, el vocalista del conjunto, en muchas ocasiones ha actuado utilizando ese lenguaje. Nadie más de la banda reforzada con Charlie Benante y Zakk Wylde, comulga con sus ideas.
Lo hizo en México, Monterrey y en gran parte de Latinoamérica, donde pocos medios o intelectuales pusieron atención.
fuente: vanguardia