Tomás Cano vio 20 hectáreas de forraje para ganado consumirse en incendios de Alvarado
4 minutos de lecturaTomás Cano Cruz durmió cuatro horas en los últimos dos días. La preocupación de ver dos de sus parcelas consumirse por el fuego y correr de un lado a otro para evitar que se propagara más no lo dejó descansar bien.
Mientras su esposa Rubí reparte aguas en una hielera que subió a su camioneta para los pobladores de la comunidad El Rincón de la Palma, Tomás recorre en su motocicleta el perímetro en donde el fuego avanza.
Con un azadón y una pala que carga en su moto apaga las llamas. Si salen de ese perímetro, en caso de que el fuego sea alto, es el encargado de llamar a los bomberos o a alguna de las camionetas con agua que los ejidatarios transportan para combatir el incendio.
En una de las pausas que tiene para refrescarse del intenso calor del sol y el fuego, comenta que perdió al menos 20 hectáreas de forraje para el ganado de una noche a otra.
Con el dedo índice señala al horizonte para enseñar cuáles son sus tierras. Entre la nube espesa del humo se alcanza a ver la tierra negra y destellos incandescentes del fuego, mientras el horizonte se pierde.
Tomás espera que el incendio que inició desde el pasado miércoles quede sofocado por completo este sábado o no podrá sacar adelante a sus reses sin el alimento.
La alcaldesa de Alvarado, Lizette Álvarez Vera, afirmó que 18 de las 40 comunidades que existen en el municipio de Alvarado han sido afectadas hasta ahora con los incendios de pastizales.
La presidenta municipal aseguró que desde el primer momento se solicitó apoyo a todos los cuerpos de emergencia y el mismo Ayuntamiento de Alvarado desplegó a personal de la Dirección Municipal de Protección Civil.
Del mismo modo, señaló que desde la mañana del jueves y hasta la madrugada del sábado se ha acompañado a los voluntarios de diversas comunidades que combaten los incendios con agua, alimentos, herramientas y gasolina para el traslado en sus vehículos.
Álvarez Vera aseguró que hasta ahora no hay viviendas afectadas por el fuego, aunque sí por momentos psicosis de la población por la cercanía del fuego en algunas casas. Por ahora dijo que la prioridad es salvaguardar la integridad de la población, una vez sofocado se investigará si fue provocado o fue consecuencia de las altas temperaturas.
Nos abandonaron a nuestra suerte
En el Rincón de la Palma y Salinas, localidades de Alvarado ubicadas a 30 minutos de Boca del Río, elementos de la Fuerza Civil desplegaron el Plan Tajín para apoyar a la población. También colaboran en las acciones elementos de Bomberos Conurbados y personal de Protección Civil de Medellín.
A pesar del despliegue, campesinos y vecinos afirman que la magnitud del incendio ha rebasado cualquier esfuerzo y exigen el apoyo de autoridades estatales y federales para enviar helicópteros que hagan más fácil apagar el fuego.
Sin embargo, en las localidades del municipio de Tlalixcoyan ejidatarios aseguran que fueron abandonados a su suerte por las autoridades.
El incendio en estas localidades fue sofocado por completo durante la madrugada del sábado 18 de mayo, pero las afectaciones se sienten con un olor penetrante a quemado en las comunidades cercanas a la franja limítrofe con el municipio de Alvarado.
Gregorio Utrera Martínez, comisariado Ejidal de San Pedro de Jonuca, afirmó que los mismos campesinos y ejidatarios fueron quienes acarrearon agua para apagar el fuego porque ninguna autoridad se acercó a ayudar.
Montado en su caballo cruza sobre los vestigios de un puente que quedó destruido por las llamas. El campesino comparte que siente impotencia de ver sus tierras, donde sembraría maíz y en las que pastarían sus vacas, carbonizadas por el fuego.
De momento, no tiene un balance final sobre las afectaciones, pero asegura que se perdieron entre el miércoles y el viernes al menos 200 hectáreas de pasto para ganado, cultivos de maíz, piña y caña de azúcar.
Además, vio morir aves de corral y fauna silvestre que trataba de huir; sus cabezas de ganado pudo trasladarlas a otro lugar, pero en el camino de regreso encontró una vaca quemada que puede ser el inicio de otros animales muertos.
Gregorio Utrera, de San Pedro Jonuca y Tomás Cano, del Rincón de la Palma, en Tlalixcoyan y Alvarado, respectivamente, piden que una vez apagado el fuego autoridades estatales no se olviden de ellos y activen algún plan emergente o el campo terminará por morir en esta región de Veracruz.