¿Maldición o suerte? Esto significaba el famoso duende que cuidaba la antigua fábrica de puros en Veracruz
2 minutos de lecturaCon la llegada de los inmigrantes cubanos a México en 1868, tras intensificarse la Guerra de Independencia en la Isla de Cuba, se embarcaban más personas a Veracruz, entre ellos muchos inversionistas, entre ellos uno que tiene historia en la antigua fábrica de puros en Veracruz.
Aunque en México ya se contaba con fábricas que se dedicaban a la elaboración de puros, estos no tenían la misma calidad que la que se realizaba en Cuba, por eso al llegar al puerto, un inversionista vio al puerto como una entrada para establecer una empresa tabacalera Balsa Hermanos, llamada en un inicio «La Prueba».
Esta originalmente se encontraba ubicada en la avenida 5 de mayo y esquina Zamora, sin embargo, la cambiaron a dónde ahora están sus ruinas, en la avenida Miguel Hidalgo y el cruce de las calles Lerdo de Tejada y Zamora, muy cerca del parque Ciriaco Vázquez.
Sin embargo, con el éxito que tenía dicha tabacalera, cuentan las leyendas que en ese recinto se albergaba una figura de duende, el cual estaba encargado de cuidar el lugar, e iba vestido de arlequín.
Aunque para muchos pudiera parecernos de terror, al final los trabajadores de la fábrica de puros no lo veían así, ya que este se encontraba como cuidando a las mujeres, estaba recostado en una pared de descanso y los empleados decían que era el protector de la tabacalera.
Pese a los intentos que muchas personas hicieron por comprar este duende, los empleados se opusieron para que tuviera un destino cruel, sin embargo, los herederos de Ramón Balsa, terminaron por regalarlo.
Después que fuera regalado el duende, el ambiente dentro de la fábrica comenzó a empeorar, algunos empleados comenzaban a llorar y se sentían todo el tiempo triste, esto al afirmar que con el duende se habían llevado su protección, además que tenían el presentimiento que algo malo estaba a punto de ocurrir.
Meses después de haber regalado al duende vestido de arlequín, la fábrica entró en bancarrota, y poco a poco fueron despidiendo a los empleados quienes aseguraron que esta tragedia se debía al regalo del duende.
Poco a poco, esta fábrica de puros que fue una de las mejores en todo el país terminó por desaparecer, ya que en 1990 tuvieron muchos problemas con los empleados, para finalmente en 1993 dejar de funcionar como tal.
En la entrada de dicha fábrica se encontraba un patio central, el cual era muy amplio y bonito, sus paredes estaban hechas de coral; contaba también con una escalera de tipo imperial, subiendo por ella se encontraba el duende quien aseguraban que daba vida a esa fábrica.