25 de noviembre de 2024

Clarin Veracruzano

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Este es el oscuro pasado que esconde la fortaleza de San Juan de Ulúa en Veracruz

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El puerto de Veracruz es un lugar lleno de historia, donde sus lugares más emblemáticos son el Baluarte de Santiago y la fortaleza de San Juan de Ulúa, en esta ocasión nos enfocaremos en darte un recorrido virtual por este lugar, así como conocerás el oscuro pasado que esconde.

Su historia tiene más de 500 años, su importancia radica en ser uno de los lugares que fueran testigos de la época más importante para Veracruz y que sin duda también escribirían la importancia del país.

La fortaleza de San Juan de Ulúa se centra en esta isla sagrada, la cual era muy importante para los indígenas totonacos, quienes utilizaban este recinto para realizar rituales religiosos, donde fueran descubiertos 5 cuerpos que habían sido sacrificados, estaban con el pecho abierto y ninguno tenía corazón.

El nombre de San Juan proviene de una combinación de vocablos indígenas y españoles, esto por el conquistador Juan de Grijalva, quien había desembarcado el día de San Juan; mientras que la palabra «Ulúa» proviene del vocablo «Culhua» el cual no era muy entendido por los españoles, quienes terminaron llamándolo Ulúa.

Se sabe que, con la llegada de los españoles en 1518, Juan de Grijalva llegó y logró establecer el primer contacto con los nativos y europeo; para un año más tarde realizar su desembarco en 1519, Hernán Cortés, quien utilizó la isla como base de operaciones en la conquista de México, sin embargo, hacía falta una fortaleza.

Fue a partir de 1535, cuando los españoles lograron construir la fortaleza de San Juan de Ulúa, quienes la hicieron para proteger la ciudad de Veracruz de los constantes ataques piratas y otras potencias europeas, volviéndose un complejo militar muy importante.

Entre las primeras construcciones que se hicieron dentro del registro, se encontraban muros con argollas, esto para sujetar las naves y protegerlas de los fuertes vientos del norte, además que el fuerte estaba rodeado de cañones para evitar el ingreso de los piratas.

Fue hasta 1590, cuando Felipe II, ordenó en su diseño y edificación del sistema defensivo indiano o antillano, volviéndose así lo que es hoy, la fortaleza de San Juan de Ulúa.

Uno de sus oscuros pasados, es que se convirtió de una de las peores cárceles que han existido en México, ya que los presos que eran llevados a este lugar vivían en condiciones inhumanas, rodeados de plagar de roedores y demás insectos, así como no contaban con baños adecuados, tenían letrinas y debían permanecer con los olores por días.

Muchos historiadores indicaron que las personas que llegaban a formar parte de la lista de prisioneros de San Juan de Ulúa eran consideradas como los condenados a conocer el infierno; esto por las torturas y abusos que se cometían, donde algunos perdían el conocimiento y su mente se dañaba hasta que llegaba el momento de su muerte.

Las personas indicaban que aquellos presos que no morían por estar mal de la cabeza, fallecían a causa de contagios como la malaria, tuberculosis o cualquier otro tipo de enfermedad gastrointestinales.

Entre los que se encontraban presos, fueron algunos de los iniciadores de la Independencia de México, así como de la Revolución Mexicana como:

  • Fray Servando Teresa de Mier
  • Los hermanos Flores Magón
  • Agustín de Iturbide
  • Francisco Javier Clavijero
  • Benito Juárez

También existen algunas leyendas como «Chucho el roto» quien en 1885 se escapó de San Juan de Ulúa, quien estafó y robó a los ricos para ayudar a la gente pobre.

Otro personaje que se volvió una leyenda, fue la «Mulata de Córdoba» quien fue enviada a San Juan de Ulúa tras haber sido acusada de brujería y condenada a la hoguera, donde un día antes dibujó con un pedazo de carbón un barco en la pared y fue cuando un carcelero admiró la otra de arte y encontró que en ese barco estaba pintada ella.

Fue en 1915, cuando Venustiano Carranza ordenó que dejara de ser utilizada como una cárcel, y en 1961 por decreto presidencial está bajo custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

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