Rusia ridiculiza vacuna desarrollada por Oxford y AstraZeneca
2 minutos de lecturaUn artículo de The Times ha dejado al descubierto una peligrosa e irresponsable campaña rusa que tiene como fin ridiculizar la vacuna contra el COVID-19 que desarrollan en conjunto la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca.
A través de memes, fotos e informes televisivos, la campaña de desinformación tendría como objetivo evitar que la vacuna inglesa tenga mayor éxito que la Sputnik rusa anunciada por Vladimir Putin.
La campaña apuntaría directamente a evitar la compra de la vacuna de Oxford por parte de aquellos países que ya mostraron su interés en el esfuerzo ruso por encontrar una cura para el COVID-19.
En las imágenes que se han difundido puede verse el nombre de la universidad y la farmacéutica, acompañados por imágenes de primates.
En las publicaciones que se han viralizado aparece el primer ministro británico Boris Johnson editado para que parezca un yeti, caminando con una carpeta de AstraZeneca, acompañado por la leyenda: “Me gusta mi vacuna pie grande”.
Otro registro muestra a un paciente siendo inyectado y convirtiéndose posteriormente en una criatura parecida a un mono.
La peligrosa desinformación
Esta reprochable estrategia consiste en relacionar la vacuna inglesa con los monos, ya que utiliza virus de chimpancés como vector. Así, inocularse esa fórmula provocaría que la persona se convierta en simio, según la polémica campaña.
Por supuesto, no hay nada de cierto en esta loca teoría.
Así, la difusión de esta fake news podría boicotear el producto de la Universidad de Oxford, además de los esfuerzos de la comunidad científica del mundo por encontrar una cura efectiva para frenar el avance del coronavirus.
“La desinformación es un claro riesgo para la salud pública. Insto a todos a que utilicen fuentes confiables de información, a que confíen en las agencias reguladoras y recuerden los enormes beneficios que las vacunas y los medicamentos continúan brindando a la humanidad”, manifestó Pascal Soriot, director ejecutivo de Astrazeneca.
Según The Times, aún no se ha podido comprobar la participación del gobierno ruso detrás de esta polémica campaña.
FUENTE: VANGUARDIA