23 de noviembre de 2024

Clarin Veracruzano

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Discurso presidencial, contundente e inteligente

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El encuentro entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador tiene una gran trascendencia histórica porque la cercanía geográfica entre los dos países, nos ha puesto en coyuntura de discrepancia y solidaridad, controversia y oportunidad.
Discurso presidencial, contundente e inteligente

Discurso presidencial, contundente e inteligente

«Hemos tenido desencuentros y hay agravios (de EU contra México) que todavía no se olvidan, pero también hemos podido establecer acuerdos de cooperación y de convivencia».

Lic. Andrés Manuel López Obrador

Presidente de México

El encuentro entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador tiene una gran trascendencia histórica porque la cercanía geográfica entre los dos países, nos ha puesto en coyuntura de discrepancia y solidaridad, controversia y oportunidad.

Cada presidente lleva consigo la representación de sus respectivas naciones, con legalidad y legitimidad que el voto popular les ha concedido como un mandato.

En cada pueblo democrático existen diferencias con partidos opositores al régimen, por lo que se tiene que enfrentar constantemente a la discrepancia de intereses y perspectivas de cómo se deben resolver los problemas nacionales.

Donald Trump llega a la presidencia del pueblo norteamericano en medio de una severa crisis democrática por las características del sistema electoral que tienen así como la crisis que se acentúa con la probable intervención en las elecciones de hackers rusos que influyeron en las tendencias electorales y que ha generado una gran controversia política y diplomática. Hoy es candidato a la reelección presidencial y en medio de su campaña llega la firma del acuerdo comercial T-MEC.

Por su parte el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador llega a la presidencia de la República después de 18 años de recorrer el país como oposición y luchador social, manteniendo una gran cercanía con el pueblo, escuchando, entendiendo y atendiendo las demandas sociales, haciéndolas propias. Llega con la mayor votación jamás alcanzada por algún presidente de la República en toda la historia de México. Lo que le otorga la legitimidad suficiente para llevar la voz de todo un pueblo.

Ante la severa crisis económica y social que origina la pandemia de la Covid-19 como el incremento de contagios y fallecimientos, pone a los Estados Unidos de Norteamérica como a México en condiciones muy difíciles. A pesar de todo, es momento de convertir las adversidades en oportunidades. Ahora más que nunca necesitamos estar en unión con el país más poderoso del mundo a fin de generar vínculos comerciales que puedan beneficiar nuestro comercio externo e interno.

Uno de los más importantes oradores que ha tenido México, expresidente de la cámara de diputados así como ex diplomático, Porfirio Muñoz Ledo consideró que el presidente Andrés Manuel López Obrador «se volvió a poner la banda presidencial como Jefe de Estado» destacando que -El presidente mexicano fue contundente e inteligente y dejó plasmada la posición de México al referir en su mensaje ante Trump que «hay agravios» que no se olvidan-.

El presidente de México hace un análisis de las condiciones económicas que prevalecen en la región más importante del mundo afirmando en su discurso que: «El haber conseguido este acuerdo representa un gran logro en beneficio de las tres naciones y de nuestros pueblos. Como es sabido, América del Norte es de las regiones económicas más importantes del planeta. No obstante, nuestra región es inexplicablemente deficitaria en términos comerciales; exportamos al resto del mundo tres mil 579 billones de dólares, pero importamos cuatro mil 190 billones de dólares; es decir, mantenemos un déficit de 611 mil millones de dólares, lo cual se traduce en fuga de divisas, menores oportunidades para las empresas y pérdida de fuentes de empleos».

Andrés Manuel López Obrador está consciente del reto que representa el comercio en la comunidad europea así como en el continente asiático, en particular con China, sin embargo genera el respaldo a este comercio trilateral entre México, Canadá y Estados Unidos como uno de los más importantes del mundo, por lo que considera: «El nuevo Tratado busca, precisamente, revertir este desequilibrio mediante una mayor integración de nuestras economías y mejoras en el funcionamiento de las cadenas productivas para recuperar la presencia económica que ha perdido América del Norte en las últimas cinco décadas. Baste señalar que, en 1970, la región representó el 40.4 por ciento del producto mundial y que, ahora, esta participación en la economía global ha bajado a 27.8 por ciento. Por ello, el Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones. En otras palabras, los volúmenes de importaciones que realizan nuestros países del resto del mundo, Desde luego, no se trata de cerrarnos al mundo, sino de aprovechar todas las ventajas que nos brinda la vecindad, así como la aplicación de una buena política de cooperación para el desarrollo».

El presidente está consciente que para la reactivación económica son muy importantes las inversiones nacionales e internacionales porque a través de ellas se genera empleo y se impulsa el crecimiento económico por esa razón destacó en su mensaje: «Este Tratado permite atraer inversiones de otros lugares del hemisferio a nuestros países, siempre y cuando se cumpla con los principios de producir mercancías de elevado contenido regional y de procurar condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores del país exportador o importador de bienes de consumo».

El presidente de todos los mexicanos define con objetividad que entre los tres países que firman el T-MEC, tienen capacidad productiva y mano de obra calificada, poniendo al mismo relieve la calidad y competitividad de los mexicanos, orgullosamente dignos de toda confianza, por lo que expresó: «Es importante también señalar que, en este acuerdo, los tres países aportamos capacidad productiva, mercados, tecnología, experiencia, mano de obra calificada y terminamos complementándonos. Por ejemplo, México tiene algo sumamente valioso para hacer efectiva y potenciar la integración económica y comercial de la región; me refiero a su joven, creativa y responsable fuerza laboral. No olvidemos que la participación de los trabajadores en los procesos productivos es igual de importante que el papel de las empresas. De poco serviría tener capital y tecnología, si no se cuenta con buenos obreros que se destaquen por su imaginación, su talento y su mística de trabajo».

El presidente hace un análisis cultural de las características que nos unen, sin dejar atrás la trascendencia de importantes momentos históricos donde estuvo en riesgo nuestra relación diplomática en la que el pueblo mexicano se sintió agraviado, por ello su mensaje lleva un gran significado de orgullo y dignidad nacional porque puso las cosas en su lugar sin ofender, ni mucho menos sin provocar discrepancia por lo que afirmó de forma contundente: «Además, con acuerdos como este y con respeto a nuestras soberanías, en vez de distanciarnos estamos optando por marchar juntos hacia el porvenir. Es privilegiar el entendimiento, lo que nos une, y hacer a un lado las diferencias o resolverlas con diálogo y respeto mutuo. Ciertamente, en la historia de nuestras relaciones, hemos tenido desencuentros y hay agravios que todavía no se olvidan, pero también hemos podido establecer acuerdos tácitos o explícitos de cooperación y de convivencia; por ejemplo, en los años cuarenta del siglo pasado, durante la Segunda Guerra Mundial, México ayudó a satisfacer la necesidad de Estados Unidos de materias primas y lo respaldó con mano de obra de los trabajadores migrantes, que fueron conocidos como «braceros». Desde entonces y hasta la fecha, hemos venido consolidando nuestras relaciones económicas y comerciales, así como nuestra peculiar convivencia, a veces de vecinos distantes y otras de amigos entrañables».

Así que cada palabra expresada más allá de un análisis crítico del discurso, representa un sentido práctico de adecuación al contexto internacional, en el que nuestro presidente puso muy claro que México tiene con qué responder ante los grandes compromisos que representa el nuevo tratado comercial.

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