25 de noviembre de 2024

Clarin Veracruzano

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¿por qué Japón gasta 600 millones de dólares en dos piedras en medio del Pacífico?

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Aparentemente son dos rocas inhabitables pero sucede que quien controla ese espacio, controla a su vez un área rica en recursos naturales y energéticos
¿por qué Japón gasta 600 millones de dólares en dos piedras en medio del Pacífico?

Existen lugares en el mundo que parecen completamente abandonados pero que, en realidad, son realmente importantes para la economía de los países. Esto es lo que ocurre con Okinotori, un atolón perdido en medio del océano Pacífico que, a simple vista, no es más que una serie de rocas que sobresalen del mar.

Pero es mucho más que eso: de hecho, es una zona fundamental para Japón, al convertirse en un lugar estratégico básico para la importancia de su economía. No en vano, se ha gastado 600 millones en las últimas cuatro décadas en proteger la zona.

Tienen una superficie que no supera los 8 km² y se ubican a mitad de camino entre Taiwán y Guam, en pleno Mar de Filipinas. Se trata de las rocas que se encuentran en el atolón Okinotori, a 1700 kilómetros de Tokio.

Sucede que quien controla ese espacio, controla a su vez un área rica en recursos naturales y energéticos. A la vez, si Okinotori es reconocida como isla, le aportaría a Japón una enorme zona exclusiva, cercana a los 430.000 km².

La idea de avanzar sobre las rocas de Okinotori busca que se considere ese espacio como habitable. Por lo tanto, y desde esa posición, se pueda reclamar el territorio como propio. De pasar esto, China no podría oponerse a la intención japonesa.

¿Qué ha hecho Japón para conseguir el estatus de isla?

Desde la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se define a una isla como “área de tierra formada naturalmente, rodeada de agua, y que está sobre el agua durante la marea alta”. Por fuera de esa definición se encuentran las rocas perdidas en medio del océano que, por su condición, no pueden sostener la vida humana o la actividad económica.

Desde 1980, Japón ha estado colocando islas artificiales con miles de toneladas de arena y cemento, evitando en todo momento que los lechos de coral existentes desaparezcan debajo del océano, según Gizmodo.

Un tercer islote está cubierto por una red de titanio para protegerlo de la fuerza del mar. Además, construyó un observatorio de tres pisos, donde se realiza un seguimiento de los barcos en el área y recoge datos de la zona.

FUENTE: VANGUARDIA

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