África supera supera los 5 mil contagios y hay 205 muertes COVID-19
6 minutos de lecturaÁfrica sigue siendo uno de los continentes menos afectados por la enfermedad COVID-19, pero el coronavirus no da tregua y se propaga a gran velocidad por el continente, que ya tiene 5,986 contagios y 205 muertes en el continente.
Desde el pasado 14 de febrero, cuando se declaró el primer contagio en el continente (un ciudadano chino en Egipto), África registra 5,986 contagios y 205 fallecimientos según el último recuento de Efe a las 13:00 GMT a partir de los comunicados de los gobiernos y los datos de la Universidad John Hopkins (EU).
El último país en entrar en la lista fue hoy Sierra Leona, cuyo presidente, Julius Maada Bio, confirmó el primer caso de este país de África occidental, correspondiente a un hombre de 37 años que viajó desde Francia el pasado día 16 y estaba en cuarentena.
De momento, sólo seis países africanos – de los 54 que hay en el continente – siguen sin anunciar contagios de coronavirus: Burundi, Comoras, Lesoto, Malaui, Santo Tomé y Príncipe y Sudán del Sur.
Dada la vulnerabilidad de sus sistemas de salud, muchos países evitaron esperar a un desbordamiento de la situación, como ha sucedido en países de Europa, y se han adelantado a aplicar duras medidas para contener la propagación de esta enfermedad vírica contagiosa que produce fiebre alta y complicaciones respiratorias.
Naciones como Sudáfrica o Ruanda decretaron el confinamiento total de la población, al tiempo que otras, como Nigeria o República Democrática del Congo (RDC), ordenadon el cerrojazo en grandes ciudades que, por su elevada población, suponen un mayor riesgo.
Con todo, el Comité de la Cruz Roja Internacional (CICR) advirtió de que «la amenaza invisible de la COVID-19» se cierne también sobre zonas de conflicto en África, donde «guerras y combates, como en la región del lago Chad (sacudida por el grupo yihadista nigeriano Boko Haram), continúan sin cesar«.
«Hasta ahora, África ha sido el continente menos afectado por la pandemia, pero si no se toman medidas para contener el virus de inmediato, podría ser devastador para las personas y los sistemas de salud de África«, señaló el director regional entrante del CIRC para África, Patrick Youssef, en un comunicado.
La crisis sanitaria está allanado el terreno para una depresión económica, de ahí que gobernantes africanos como el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, premio Nobel de la paz en 2019, hayan pedido a las instituciones multilaterales que ayuden a África.
«Las economías avanzadas están presentando paquetes de estímulo económico sin precedentes. Los países africanos, por el contrario, carecen de los medios para realizar intervenciones igualmente significativas. Sin embargo, si el virus no es derrotado en África, regresará al resto del mundo«, alertó Abiy la semana pasada.
En ese sentido, el Banco Africano de Desarrollo (BAD) ha lanzado un bono social valorado en 3,000 millones de dólares para ayudar a las economías africanas a combatir los efectos de la COVID-19.
En el mundo, el coronavirus ha provocado ya más de 801,000 casos y más de 38,700 fallecimientos, de acuerdo con las cifras de la Universidad John Hopkins
Busca ayuda para amortiguar el desastre económico del coronavirus
África intenta a la desesperada movilizar fondos y lograr el alivio de su deuda para amortiguar el desastre económico ocasionado por la crisis sanitaria del coronavirus, que ya ha causado 5,986 contagios y 205 fallecimiento en el continente.
La COVID-19 todavía no ha sacudido a África con la fuerza letal sufrida por Europa, Asia o Estados Unidos, pero avanza cada día con ímpetu y socava las economías de una región que alberga a algunos de los países más pobres del mundo.
Desde el pasado 14 de febrero, cuando se confirmó el primer caso en el continente (un ciudadano chino en Egipto), África ha registrado 5,986 contagios y 205 fallecimientos, según el último recuento de Efe a las 13.15 GMT a partir de los comunicados de los gobiernos y los datos de la Universidad John Hopkins (EU).
Hasta la fecha, 49 países -de los 54 que hay en el continente- han padecido el zarpazo de una pandemia que está poniendo a prueba sus vulnerables sistemas de salud. La República Centroafricana, por ejemplo, sólo dispone de tres ventiladores -claves al tratar a los pacientes de coronavirus- para casi cinco millones de habitantes.
Ese panorama sanitario camina paralelo a las drásticas medidas adoptadas por los gobiernos para contener el virus, como los confinamientos, que están asfixiando a industrias como el turismo, la aviación, la agricultura o el sector de los hidrocarburos.
UNA «TORMENTA PERFECTA»
Se trata de una especie de «tormenta perfecta» que ya ha costado a los países africanos unas pérdidas valoradas en 29,000 millones de dólares, según una reciente estimación publicada por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA).
«África puede perder la mitad de su producto interior bruto con una caída del crecimiento debido a varias razones, que incluyen la perturbación de las cadenas de abastecimiento globales«, advirtió la secretaria ejecutiva de la UNECA, la camerunesa Vera Songwe.
La pesadilla de la COVID-19 representa un mazazo tremendo para un continente de 1,200 millones de personas que durante la última década causó asombro con algunas de las mejores tasas de crecimiento económico del planeta, pero que también aloja a más de 400 millones de africanos en condiciones de extrema pobreza.
Ante esta coyuntura, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, afirmó el pasado jueves en la cumbre virtual del G20 -grupo de las 20 economías más poderosas del mundo- que «la comunidad internacional tiene que demostrar solidaridad con África con medidas de apoyo financiero«.
«Alentamos al Banco Mundial (BM), al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Africano de Desarrollo (BAD) y otras instituciones a proporcionar alivio de deuda a los países altamente endeudados», subrayó Ramaphosa, también presidente de turno de la Unión Africana (UA).
ÁFRICA NECESITA 100,000 MILLONES DE DÓLARES
El gobernante, que ordenó la semana pasada el confinamiento total de su país para combatir al coronavirus, hizo ese llamamiento después de que los ministros de Finanzas africanos acordaran en una reunión virtual que «África necesita un estímulo económico de emergencia inmediato por valor de 100.000 millones de dólares«.
Ese monto para todo el continente supone sólo el cinco por ciento del paquete de estímulo fiscal de dos billones de dólares que Estados Unidos preparó para contrarrestar únicamente en ese país los efectos de esta enfermedad vírica contagiosa que produce fiebre alta, tos y dificultades respiratorias.
Además, los ministros africanos contemplan dentro de su propuesta de rescate «la exención de todos los pagos de intereses (de deuda), estimados en 44,000 millones de dólares para 2020, y la posible extensión de la exención a medio plazo«, una medida que «proporcionaría espacio fiscal inmediato y liquidez a los gobiernos en sus esfuerzos por responder a la pandemia de la COVID-19«.
De momento, el Banco Africano de Desarrollo (BAD) activó un bono social valorado en 3,000 millones de dólares para respaldar a las economías africanas en la mitigación de los perjuicios económicos.
Sobre este asunto, el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, premio Nobel de la Paz en 2019 y uno de los líderes africanos más carismáticos, habló hoy por teléfono con Ramaphosa y reveló que coincidieron en que «soportar los daños económicos de la pandemia requiere el apoyo del G20, el Banco Mundial y el FMI para África«.
SI ÁFRICA NO VENCE AL VIRUS, VOLVERÁ AL RESTO DEL MUNDO
Abiy ya alertó de la urgente necesidad de ayudar al continente hace una semana, cuando escribió en el «Financial Times»: «Las economías avanzadas están presentando paquetes de estímulo económico sin precedentes. Los países africanos, por el contrario, carecen de los medios para intervenciones igualmente significativas«.
«Si el virus no es derrotado en África, regresará al resto del mundo«, concluyó el primer ministro en su artículo.
Entretanto, en el continente se multiplican las iniciativas de socorro económico de los gobiernos, que incluyen alivios tributarios y fondos de emergencia nacionales, y surgen voces críticas que exigen a los ricos africanos implicarse más en resolver esta crisis.
FUENTE: VANGUARDIA