2.7 toneladas de nitrato de amonio fueron abandonadas por un magnate
3 minutos de lecturaLas 2.7 toneladas de nitrato de amonio que provocó la tremenda explosión en Beirut llevaba en el puerto almacenado desde hace seis años sin ningún tipo de vigilancia especial. Según medios rusos, este fertilizante fue confiscado en 2014 a un empresario ruso que dejó el barco abandonado en la zona tras una parada no programada.
La embarcación se dirigía de Georgia a Mozambique, pero se vio obligada a atracar en Beirut tras sufrir problemas técnicos, de acuerdo con los abogados que brindaron asistencia legal a la tripulación. Sin embargo, según informa Al Jazeera, las autoridades libanesas prohibieron que el buque siguiera navegando y los propietarios terminaron abandonándolo.
Fuentes oficiales han asegurado que en estos años se han emitido varias alertas sobre el peligro que esta cantidad de material suponía para la población, incluido uno que aseguraba que podría «hacer explotar todo Beirut». Pero nadie ha hecho nada, informa Reuters.
Según la agencia AP y la radio libanesa LBCI, la carga habría llegado al país en el MV Rhosus, propiedad de Igor Grechushkin, un ciudadano ruso que ahora vive en Chipre con su mujer Irina, según The Moscow Times.
«Debido a los riesgos asociados» a la retención del nitrato de amonio a bordo del buque, las autoridades portuarias descargaron el material, relatan los abogados. Fue colocada en el Hangar 12 del puerto, una gran estructura gris, como describe Al Jazeera.
Una alerta ignorada
Según el canal árabe, que analizó archivos públicos y documentos publicados online, las autoridades de la aduana libanesa alertaron en varias ocasiones del peligro que suponía mantener el cargamento en el puerto y pidieron soluciones sin éxito. De acuerdo con su información, meses más tarde de la llegada del barco a Beirut, el 27 de junio de 2014, el entonces director de la aduana envió una carta a un juez reclamando una solución para la carga. Desde la aduana se enviaron al menos cinco misivas más durante los tres años posteriores para pedir indicaciones. Como recoge Al Jazeera, propusieron tres opciones: exportar el nitrato de amonio, entregarlo al ejército libanés o venderlo a la Lebanese Explosives Company, una empresa privada.
En 2016, una carta señalaba que no había habido «ninguna respuesta» de los jueces a las solicitudes anteriores. «En vista del grave peligro que supone mantener estas mercancías en el hangar en condiciones climáticas inadecuadas, reafirmamos nuestra petición de que se pida a la agencia marítima que reexporte inmediatamente estas mercancías para preservar la seguridad del puerto y de los que trabajan en él, o que estudie la posibilidad de aceptar la venta de esta cantidad» a la compañía libanesa de explosivos. Pero no hubo respuesta. En octubre de 2017, el nuevo director de la aduana volvió a escribir al poder judicial para pedir una decisión sobre ese material «peligroso».
Este miércoles, una fuente oficial ha calificado lo ocurrido en declaraciones a Reuters como una «negligencia» y asegura que el almacenamiento seguro del material se había planteado ante varios comités y jueces y «no se hizo nada» para ordenar que fuera retirado o eliminado.
Horas después de la enorme explosión que dejó más de un centenar de fallecidos y miles de heridos, el primer ministro libanés, Hasan Diab, aseguró que los responsables van a «pagar el precio», ya que «esta catástrofe no pasará sin responsabilidades». «Los hechos sobre este peligroso depósito que ha estado allí desde 2014 serán anunciados y no me adelantaré a las investigaciones», aseguró.
FUENTE: VANGUARDIA